En la peor crisis desde 1989, el Gobierno pidió 500 millones de dólares para ayudar a los bancos y destinó seis veces menos a atender la vulnerabilidad social. Para diseñar la economía que viene, el presidente convocó a empresarios y dirigentes con intereses en el país interoceánico: ni una mujer, ni un indígena, ni un referente de sindicatos estuvieron sentados en esa mesa. ¿Cómo se construirá el país que viene? ¿Cómo debería construirse?